Fuiste fuego, intenso fuego que incendiaba suavemente
cada manojo de mi cuerpo.
Te tuve y me tuviste.
Fuimos uno... somos dos.
En tanto, sobrevino el infierno
que nos dejó paralizados eternamente.
Mi ser te seguía amando,
como antes, como siempre,
pero el tuyo, me había olvidado ya.
Qué profunda tristeza la que engendraba
las lágrimas que empapaban mis adentros.
Inolvidables y eternas horas de dolor.
Esa pasión y ese amor desenfrenados.…
únicos y puros, inexplicables e intensos
como nuestro delirio,
no pudieron repetirse nunca más
Ahora golpean y aturden los recuerdos.
Estoy repleta de desesperanzas
y todas llevan tu nombre...
porque fuiste,
porque fuimos,
pero no somos más.
----------------
Ana Buquet - Mayo 2010
Querida Ana
ResponderEliminarHe venido leyendo en silencio tus poesías a las que ya conocía y creo que has evolucionado hacia una lírica más depurada e intensa. Es un placer sumergirme en tus versos
Besos y abrazos
Tu comentario me honra pues sos de mis poetas preferidos.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Abrazo grande a través del río
Triste, sí, pero a la vez intenso y apasionado poema. Un placer leerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Pilar por tu comentario! Abrazo desde Montevideo, Uruguay.
ResponderEliminar